Estas son generalmente improvisadas al momento. Sin embargo, en algunas oportunidades, el tema es acordado antes de comenzar.
Los payadores experimentados payan en décimas, pero éstas son difíciles cuando improvisamos en el minuto, pues poseen una métrica cerrada que no se puede alterar y requiere de gran creatividad, lucidez y agilidad mental.
También existe la cuarteta, que puede ser usada en una canción, un poema, como pié forzado de una décima o para payar a la “rápida”, dependiendo de la agilidad y picardía de los interlocutores.
Consta de cuatro líneas que deben rimar intercaladamente.
Los invito a inventar sus propias payas para ir adentrándonos en el ambiente dieciochero.
Como ejemplo les dejo la paya que escribí para el jardín infantil de mi hijo y que está hecha para ser interpretada por un matrimonio, un marido pícaro y una esposa crisanta.
De tarde y de mañanita
Anda la tía Loreto
Peinando a las niñitas
Haciéndoles moños coquetos
Moños coquetos flequillos
¿Qué me dice e la tía Judit
Corriendo tras los chiquillos
Enseñándoles a hacer pipí?
A hacer pipí les enseñan
A cantar, bailar, pintar
Y claro con estas tías
Yo también quisiera estudiar
Estudia que te hace falta
Naitita que hay apriendío
No escribí una carta
Si no te la dicta tu tío
Me dicta mi tío es cierto
Así fue como te conquisté
Con mi corazón abierto
Y una tacita e té
Puro té, pura agua
Eray rebien apretao
Te hician el mano e guagua
Y naita se te ha quitao
Usté tiene la razón
Aquí lo arreglamos mhijita
Yo la invito con el corazón
A bailare una cuequita
¿A bailar cueca me invita?
¡Claro! Si no hay que pagar
Si usté no suelta platita
ni pa sacarme a bailar
Mhijita rica mi tormento
Usté me tiene de la jeta
Pa que vea que no le miento
Hágame zumbar la tarjeta
Ni me hablís de las tarjetas
Aquí se acabó esta custión
Si te tengo de la jeta
Te acepto la invitación
¿Bailemos cueca tesorito?
Bailemos cueca mi negrito.
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